Trato amigable y desayuno delicioso cada mañana.

La habitación tenía unas vistas espectaculares de la

montaña. La cama king size era muy cómoda y el baño, nuevo y luminoso. El desayuno, servido en un hermoso jardín, fue un plus. Lucia, quien se encargaba del servicio, fue muy amable y siempre dispuesta a ayudar. Sin embargo, algo que podría mejorar es la señal de Wi-Fi, que en ocasiones fue intermitente.

Una casa como esta podría ser un sueño, pero me pusieron en un tercer piso donde hacía un calor insoportable. Las vistas eran a unas ruinas, muy romántico. Además, esperaba una atención preferencial, pero ni un gesto cívico de su parte. Quería un upgrade de habitación, sinceramente merezco más. Casi escribo una buena crítica, pero la decepción fue demasiada.

El desayuno era un verdadero festín, con deliciosos panes caseros. La atmósfera tranquila del entorno rural permitió desconectar completamente y disfrutar de la naturaleza.

De verdad que lo aconsejo para una escala rápida

Hermosa casona, hermosa atención, el desayuno fue excelente y abundante, pudiendo repetir, además, el parking es práctico y cómodo, lo que facilita el acceso para explorar los alrededores.

Todo fue perfecto

Las habitaciones eran limpias y cómodas, y el desayuno incluía pan casero delicioso, lo que superó mis expectativas. La atención personalizada del personal fue excepcional, siempre dispuestos a ayudarme con mis necesidades.

Faltó ventilación adecuada en la habitación.

pueblo alejado del bullicio, proximidad a los lagos de Covadonga, entorno rural impresionante

Bastantes escaleras y sin ascensor, lo que se vuelve complicado para quienes llevan niños o personas mayores. El baño algo pequeño, lo que dificulta el uso de la ducha. Además, aparcar puede ser un reto cuando las plazas están ocupadas!!!

La habitación que tuve era espaciosa y moderna. El jardín era realmente bonito y un gran lugar para relajarse. El desayuno era delicioso y variado. La atención de todo el personal fue siempre muy esmerada. Sin duda, un lugar para considerar en el futuro. 🌼

Recomendado para parejas en busca de tranquilidad

La cama es súper cómoda y amplia, bastante tranquilo por el entorno y invita a dar un paseo por los alrededores. El desayuno muy completo y todo muy rico, se nota que cocinan con cariño, recomendado 100por 100.

No era barato pero estaba dentro de lo aceptable.

Entorno rural impresionante, habitaciones cómodas y con buenas vistas. El desayuno, abundante y delicioso. Un lugar perfecto para desconectar, aunque algo lejos de los servicios básicos.

El entorno rural es impresionante, con naturaleza vibrante que invita a dar paseos. La habitación resulta acogedora y el desayuno, con opciones recién hechas, fue un gran acierto. Sin embargo, el Wi-Fi fue intermitente y la opción de cambiar de habitación se sintió limitada. Algunas instalaciones podrían beneficiarse de una actualización, ya que el baño era pequeño y un poco incómodo para familias. Sin duda, el ambiente familiar del lugar destaca.

La habitación doble contaba con unas vistas bastante agradables que despertaban el interés. El entorno ofrecía un ambiente tranquilo, ideal para relajarse después de un largo día.

Tuvimos una habitación triple en la buhardilla, lo que suponía tener que estar alerta con los techos inclinados, una molestia para no golpearse. El baño era muy pequeño y la ducha resultaba incómoda, algo que podría mejorarse para comodidad de los huéspedes. Además, los ruidos dentro de la habitación dificultaron un buen descanso, lo cual no es lo que esperas al final del día. El desayuno dejó que desear. las opciones industrializadas no se alineaban con lo que uno podría esperar de la región. La tortilla de patata estaba seca y el café simplemente no era bueno.

Ubicación bien chévere, cerca de Cangas. Habitación amplia y cómoda. Personal muy amable, siempre atento. Aunque el Wi-Fi a veces me dejó tirado, en general quedé muy satisfecho con la experiencia. ¡Volvería sin pensarlo!

Qué delicia probar los platos europeos en este rincón! Los desayunos son un festín, con opciones caseras que te hacen sentir en casa. Y no puedo dejar de mencionar lo acogedor y limpio que es el lugar, perfecto para una escapada familiar. El trato del personal es excepcional, siempre dispuestos a lo que necesites.

La única pega fue el calor en el tercer piso, pero eso no opacó la experiencia. al final, todo brilló por su calidad. Además, cada habitación tiene su propia historia, aunque algunas vistas son a ruinas, eso le da un toque de encanto.